Diversidad, necesidades y desigualdades en la participación cultural en Barcelona

Ya está publicada la versión en castellano de la primera Encuesta de participación y necesidades culturales de Barcelona. He tenido la oportunidad de formar parte del equipo que ha impulsado este trabajo, conjuntamente con Montse Tort y Assumpta Manils del Observatorio de datos culturales de Barcelona (Ayuntamiento de Barcelona).
Ha sido un gran reto, porque hemos querido desarrollar un encuesta a la vez rigurosa e innovadora, que pudiera ir más allá de la idea de consumo cultural y que fuera capaz de dar cuenta de las diferentes dimensiones de la participación cultural, así como las necesidades y valoraciones de la ciudadanía. Encontrarán el informe entero de la encuesta aquí (con detalles sobre el porqué y el cómo la hemos hecho), pero destaco a continuación algunos de los resultados principales:
-La participación cultural en Barcelona es extensa y diversa, y no se limita a las actividades promovidas por las instituciones y organizaciones culturales, sino que se desarrolla también a través de otras actividades no siempre reconocidas como culturales.
-La participación cultural está condicionada por desigualdades, y no sólo diferencias. Tu código postal, tu entorno familiar, tu nivel de estudios, tu origen, tu género o tu edad son importantes para entender las desigualdades en el derecho a participar en la vida cultural de la ciudad.
-Las necesidades culturales son transversales al conjunto de la ciudadanía. Tanto las personas que realizan actividades de forma habitual, como las que no lo hacen de esa forma, querrían dedicarle (más) tiempo a su participación cultural. Pero…
-Existen importantes desigualdades en las necesidades culturales. Si hablamos de lo que se denomina actividades de cultura legitimada (promovida por instituciones y organizaciones con más poder prescriptivo), las personas que tienen menos oportunidades, tienen también más necesidades o voluntad de participar. Aquí también el barrio y el entorno familiar explican las desigualdades. También es importante resaltar que la encuesta evidencia que las mujeres manifiestan más necesidad y voluntad que los hombres de participar en estas actividades.
-El derecho a la educación en las expresiones artísticas está condicionado por importantes desigualdades. Entre otros factores, vivir en un barrio de renta media o alta implica tener más oportunidades para la formación artística y cultural.
-La encuesta pregunta también por la valoración de las expresiones culturales en la vida de las personas y la ciudad. En este caso, a diferencia de la participación y las necesidades culturales, no se perciben desigualdades significativas. Las personas, independientemente de su situación, otorgan gran importancia y diferentes valores a las artes y la cultura. También es equitativa la alta importancia que la población otorga a las enseñanzas artísticas que se desarrollan en los centros educativos.
-Finalmente, otro aspecto innovador de la encuesta es la incorporación del concepto de activo cultural, espacios de referencia para la participación cultural en la ciudad. Una gran parte de la población valora como activos culturales los espacios no siempre reconocidos como tales. A su vez, los equipamientos de proximidad, como bibliotecas y centros cívicos, destacan por su valor público.
En definitiva, entendemos que el conocimiento generado en la encuesta puede ser relevante para los diferentes agentes de la ciudad, así como para la toma de decisiones públicas. Si bien la encuesta es previa a la crisis derivada de la gestión del coronavirus, es una herramienta clave para el diseño de las políticas y acciones culturales que vendrán.
Encontrarán mucha más información y datos en el documento que explica el proceso de elaboración de la encuesta y el análisis de los resultados.

 

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